Buscar

sábado, 18 de diciembre de 2010

El transeúnte



Miro como las personas andan de un lugar a otro. Corren, jadean, sudan; mirando los instantes que gritan sus nombres para que los tomen y devoren. Pero no… no pasa nada más…solo caminan y caminan… los miro y luego desaparecen. Los autos gruñen mientras cruzan la ciudad, están ebrios de tanto tomar y chocan aparatosamente contra la verde carcajada de los jóvenes, aún así continúan viajando.
Pero yo solo soy un transeúnte, no soy como ellos. Tomo mi cuerpo y lo desarmo, con mis manos arrastro las demás partes y las meto en mi boca para luego montarme sobre un patín. Transito las calles, buscando otros como yo. Cambio dedos por colores, mi pecho por una hoja, mi pie por un lápiz, mi corazón con un espejo. Al final construyo un nuevo yo. Un yo que se borra todos los días para producir uno nuevo, para arder con el frío, para limpiar la mierda de los perros, para recordar los días, un yo reciclando lo que otros no quieren o no desean en sus vidas.
Camino y las personas corren de un lugar a otro. Se miran, nos miramos; dibujándonos lazos por la calle, haciendo sonar nuestra existencia.

No hay comentarios: